Bellísima

El abuso de poder de las venezolanas es insólito.

Y no lo digo desde el resentimiento porque yo soy bella, bueno, ya no tanto, pero digamos que todavía puedo darle a las pestañas y bambolear las caderas cuando me interesa que un imbécil me otorgue algo (cosa que casi nunca hago, a menos que sea extrema emergencia).

Y como yo misma lo he hecho, no me asombra cuando llega una "Miss dalequetupuedes" al banco, al abasto, al colegio de los niños, a cualquier lado y de one, zuácata!!! lanza sus rayos de belleza contra el más incauto para obtener algún favor.

Hace un par de días estaba en el banco esperando que una "promotora" me atendiera. Llegué a la muy nefasta hora "12 y media", hora en la que las señoritas salen a comer y de tres pasa a atender sólo una (el por qué se van dos y dejan una, y no al contrario, todavía es un misterio del mediodía) el caso, es que a la 1 y media ya me iban a atender, y llega la fulana "Mis pa'lante" y se anota en la lista (porque había que anotarse) y empieza muy simpática a hablar con las doñitas y los señores que allí estaban esperando de las injusticias de hacer una cola tan larga, que este país no está organizado para atender al publico, de que deberían tener más personal, y pare usted de contar: toda una concejar a favor de nosotros: los clientes desfavorecidos.

Y de repente,

Sale el cajero feíto él, con su calva y sus tres pelos arrimados con gomina pa'un ladito, y la "Mis ahoraesquemetoca" brincó de su trono de concejala y se lanza a los brazos del engominado y le dice: fulaniiiiito, cónchale chico de tanto que vengo ya voy a pedir que me metan en nómina!!! y en cámara lenta: le dió una batida a ese pelo, sonrió como nunca y hizo (porque sé que podemos dominar ese arte) hizo que le brillaran los ojos... al mismo tiempo que le daba un recibo para que el cajero, ya a estas alturas completamente idiotizado, le buscara su chequera.

Grrrrrrrrrrrrrrrrrrr!

La gente se quedó paralizada!

Y yo, con todo y mi el título de marquesa, perdí toda la nobleza y le dije: Abusadooooooraaaaaaa!

Bueno, el cuento es realmente estúpido porque no logré nada, nadita, nada.

La "Mis yamevoyfeliz" se fue, sí con su chequerita en la cartera y un par de besitos que dejó regados en el cachete del cajero.

Y yo... furiosita, esperé mi turno. Y ya.

La única reflexión que me trajo todo esto es, Ser bonita no basta? Claro que basta, en este país sí.

Y ustedes mis vasallos dirán, pero la Marquesa se volvió loca si empezó diciendo que ella usaba el poder de la belleza... ah, sí, pero se me olvidó decirles que nunca, nunca jamás, para pasarle por delante a alguien. Sólo para asegurarme una vez que me atendían que lo iban a hacer y lo iban a hacer bien, sólo por ser bonita.

Lástima, verdad? Que país tan horroroso, a pesar de tanta mujer bella.